Hoy en día, cualquier persona con vocación artística y que sienta pasión por el baile puede acudir a un conservatorio de danza en Madrid. Pero no siempre ha sido así. ¿Sabías que el ballet nació como forma de entretenimiento para la nobleza? En este post, detallamos esta y otras curiosidades sobre el origen del ballet que no todo el mundo conoce. ¡Presta atención!
Una nueva fórmula de entretenimiento
El precursor del ballet nació en el siglo XIV como forma de entretenimiento en pleno renacimiento italiano, para divertir a los invitados de las bodas aristocráticas. Entonces, las coreografías se adaptaban a los pasos de baile de la corte y las vestimentas se basaban en la moda de la época.
Poco a poco, la danza empieza a vincularse a la narrativa, y surge la estructura francesa “Ballet de cour” donde eran los propios nobles quienes, acompañados por música, poesía y vestuarios temáticos, empiezan a lucirse en bailes sociales. Entonces no se entendía la danza como profesión.
Dando el salto a las artes escénicas
El ballet tal y como lo conocemos hoy irrumpe en la corte francesa del siglo XVII – Luis XIV era un apasionado de la danza – . Es a finales de este siglo cuando el rey francés funda la Acadèmie Royale de Musique en la Ópera de París, donde surge la primera compañía profesional (de ahí que los tecnicismos empleados en este tipo de danza sean predominantemente de origen francés).
A partir de entonces, el ballet se acabó extendiendo a otras cortes europeas, convirtiéndose finalmente en un arte interpretativo poco accesible al pueblo llano y muy apreciado entre la nobleza.
El escenario queda reservado únicamente para mujeres
En muchas obras, los personajes heroicos masculinos del ballet eran interpretados por bailarinas. Curiosamente, el fenómeno de poner a la mujer en primera línea de las artes era exclusivo del ballet.
En Inglaterra, por ejemplo, en el mundo del teatro en la Inglaterra de Isabel I, estaba prohibida la actuación de mujeres en los escenarios británicos y los papeles femeninos eran interpretados por hombres. Lo mismo ocurría con las mujeres con vocación literaria: las trabas a las que debían enfrentarse para publicar sus obras las llevaban, en muchos casos, a utilizar pseudónimos masculinos.
Popularizando el ballet
A partir del siglo XIX, empiezan a proliferar las compañías de ballet profesional, recorriendo los rincones de todos los países y poniendo la figura de la bailarina en primera fila.
Y es que el siglo XIX fue un período de grandes cambios sociales que también influyeron sobre el ballet, un arte que empieza a popularizarse como consecuencia de la pérdida de influencia de la aristocracia. Es en esta época donde comienzan a fundarse centros y conservatorios de danza en Madrid.
El ballet hoy
Los últimos dos siglos, la danza clásica ha ido abrazando un mosaico de movimientos y nuevas técnicas que, poco a poco, han dibujado lo que conocemos hoy como ballet. Trabajos en punta, fusión de bailes antiguos y contemporáneos o la imposición del orientalismo (con rusia como embajadora de la danza), poco a poco, han dado como resultado un arte que, no obstante, bebe de lo clásico.
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